El lingüista Noam Chomsky
elaboró la lista de las "10 Estrategias de Manipulación" a través de
los medios. Realmente, no las escribió como tal, pero sí que habló de todas en
algún momento, y estas se han recopilado. Vamos a verlas, un poco resumidas.
1. La estrategia de la distracción. Consiste en desviar la atención del público de los
problemas importantes, y de los cambios decididos por las élites políticas y
económicas. ¿Cómo se hace esto? Pues inundándonos de continuas
distracciones, informaciones insignificantes (como deportes, programas de cotilleo…).
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Se crea un problema, una situación prevista para
causar cierta reacción en el público, a fin de que este sea el que pida las
medidas que se desea aceptar. Por ejemplo, crear una crisis económica para
hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el
desmantelamiento de los servicios públicos.
3. La estrategia de la gradualidad. Eso es tan sencillo como hacer que una medida se
acepte poco a poco. Es decir, primero privatizo ciertas zonas hospitalarias que
antes eran públicas, después otras… Y así hasta implantar la medida completa.
Esto es como cuando un familiar te ve después de mucho tiempo, y te dice “qué
grande estás”, pero tú no lo notas, porque te has visto día a día. Pues así.
4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión
impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la
aceptación pública, en el momento para una aplicación futura. La ley LOMCE está
prevista para aplicarse en el año 2017, y eso hace que se reduzca nuestra
sensación de desagrado frente a ella; sin embargo, he de recordar que de
Bolonia hubo muchas quejas; finalmente, se pensó que no iba a imponer, puesto
que se planteó para un periodo de tiempo largo, y… Yo estoy estudiando con el
plan Bolonia.
5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. Utilizar argumentos, personajes y entonación
particularmente infantiles, próximos a la debilidad, como si el espectador
tuviese unos 12 años. Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese 12
años, esa persona tendrá una respuesta acorde con lo que se espera. No estoy
personalmente de acuerdo con esto, creo que si tienes capacidad crítica da
igual como te traten, pero claro… ¿tienes capacidad crítica?
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la
reflexión. Es una técnica clásica
para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido
crítico de los individuos. Por otra parte, permite abrir la puerta de acceso al
inconsciente para implantar ideas, deseos, temores, o incluir comportamientos…
7. Mantener al público en la ignorancia y la
mediocridad. “La calidad de la
educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y
mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre
las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca
imposible de alcanzar para las clases inferiores.”
8. Estimular al público a ser complaciente con la
mediocridad. ¿Qué más me da no
saber algo sobre literatura, ciencia, o demás… si nadie lo sabe? No hace falta
ser el mejor en algo, me vale con moverme dentro de la media. Y así nos va. ¿Y
si resulta que la calidad de la media es mediocre? ¿Qué pasaría si todo el
mundo se conformase con ser uno más? La gente no debe aspirar a ser normal,
debe querer ser mejor, ser más. Pero,
evidentemente, eso no le conviene al que tiene el poder…
9. Reforzar la autoculpabilidad. Si tú le haces creer a alguien que él,
exclusivamente él, es el culpable de su propia desgracia, perderá toda la
fuerza que hubiese tenido para luchar. En lugar de rebelarse contra el sistema
económico, el individuo se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de
cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución.
Por desgracia, a ninguno os sorprenderá leer que en España la gente se ha
suicidado porque les habían desahuciado. Y yo me pregunto… ¿no es la persona
que se ha suicidado, en realidad, una víctima? Le han hecho sentir culpable de
la situación económica en la que se encontraba, han reforzado su autoculpabilidad, y
se ha visto tan desamparada que no ha visto otra alternativa. ¿Es un suicida, o
una víctima? Que cada uno piense lo que quiera.
10.Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. Los
avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los
conocimientos del público y los poseídos y utilizados por las élites
dominantes. El sistema ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser
humano, tanto de forma física como psicologicamente, lo que conlleva que el
sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a
sí mismo. ¿No les da esto un control mayor, y un gran poder? ¿Estamos,
realmente, en las manos del sistema?
Sorprendente, ¿no? Seguro
que cuando habéis leído esto, os habéis sentido identificados con, al menos, ocho de estas diez técnicas.
Es mucho más fácil
sentarse a ver Mujeres, Hombres y
viceversa que un debate sobre la actualidad política en nuestro país (y
también es mucho más fácil encontrar en el teletexto programas de ese tipo),
porque no nos exigen esfuerzo mental. Simplemente te sientas, y observas. No
analizas el porqué de lo que sucede, porque realmente no hay un porqué. Sin
embargo, cuando ves un debate político, tienes que estar constantemente
pendiente de lo que están diciendo, qué hay detrás de lo que están diciendo, en
qué ideas se están amparando… La complejidad mental es superior. Y,
admitámoslo, nos cuesta mucho trabajo. Ahí reside el fallo. Si realmente
comprendiésemos que nuestra vida no
depende de lo que le pasa a un tronista, ni a un futbolista, sino de esos
debates tan “aburridos”,
pondríamos mucho más esfuerzo. Aunque aquí también podríamos ver reflejada la
medida número siete… No se nos educa para preocuparnos por la política (pese al
gran esfuerzo que muchos profesores dedican a esto).
La medida que más me ha
llamado la atención ha sido la número dos. ¿No nos están quitando, con la
excusa de la crisis, todos nuestros derechos? Derechos que, además, reciben el
nombre de privilegios por los medios de comunicación. ¿Es un privilegio el
tener una jornada laboral justa?
Y es que, por mucho que
me gustaría pensar lo contrario, los medios de comunicación tienen el poder de
manipularnos y, según en qué manos estén… Lo ejercen. Desde Chomsky hasta la
actualidad, las medidas de manipulación no han cambiado, y podemos verlas
diariamente en la televisión, en todas las cadenas televisivas sin excepción.
¿No es esto triste?
Profesionales cuyo trabajo consiste en informar están controlados a tal
nivel que ni siquiera esto pueden hacer. O no quieren. No voy a hacer juicios
de valor personales, me limitaré al nivel general.
Pero como realmente esto
no tiene solución, puesto que los medios siempre van a intentar convenceros (no confío en
un cambio radical de los medios hasta que los periodistas tengan total
independencia económica), aunque para ello tengan que recurrir a técnicas de manipulación, el cambio debe residir en vuestra persona.
Sed críticos. Leed. No os conforméis con la primera versión que os den del
asunto. La realidad es mucho más compleja de lo que a simple vista se puede
apreciar.
Y no uséis como excusa el manido “yo de política no entiendo”. Nadie entiende el primer día.